Periódicamente, en este campo, se registran relatos etnográficos, reflexiones sobre las problemáticas interculturales en salud, y la distancia entre la política y las realidades de las poblaciones, al interior de las dinámicas del encuentro de las culturas de la salud en la diversidad cultural de Colombia y América Latina.
Para propiciar el diálogo es importante partir de una re-conceptualización que permita poner al saber y al conocimiento en un mismo plano de igualdad, o tal vez, como análogos en estricto sentido, donde se aprecie que en el proceso -construcción de conocimiento- se involucran la existencia de adquisiciones cognitivas regidas por lógicas especificas -propias-, mediatizadas a su vez por realidades cambiantes y procesos de acumulación y decantación producto del encuentro con otros saberes.
Cuando se aborda una realidad desde el conocimiento y especialmente por el conocimiento intelectual, es importante no perder de vista los factores que participan en el proceso de conocimiento que es común a los seres humanos independientemente de los roles asignados por sus sociedades.
Sería injusto no reconocer los numerosos progresos en el conocimiento adquirido por los diferentes campos de la ciencia durante el siglo XX, pero no se puede olvidar que dichos logros se hicieron bajo el criterio que redujo el objeto de conocimiento a las partes por fuera del todo, se fragmentó lo que estaba unido y con esta acción se fraccionaron los grandes problemas humanos beneficiando los problemas teóricos y particulares, uní-dimensionando lo multidimensional.
Varios antropólogos (1) coinciden en sus apreciaciones alrededor de las escuelas, tendencias y desarrollos de la "Antropología Médica" (2) que incidieron en América Latina.
Las dinámicas de los encuentros de saberes en el ámbito intra-étnico e inter-étnico que tienen que ver con la interculturalidad han sido objeto de pocos o nulos desarrollos en el análisis teórico en la perspectiva de ir más allá del encuentro hasta el diálogo.